Posicionamiento y Construcción de Carteras 2T20243 min read
Tiempo de lectura: 2 minutosTexto: Departamento de Asesoramiento y Análisis de A&G
Nuestro escenario base es que viviremos una suave desaceleración económica, con inflación y tipos de interés a la baja. Es un entorno positivo para los activos de riesgo, si bien consideramos que ya puede estar implícito en la valoración de muchos de ellos, por lo que nos atrevemos a distinguir dos períodos durante lo que nos queda de año. Una primera parte en el que viviremos un ajuste a la baja en los precios de los activos de mayor riesgo y una parte final que se beneficiará del impulso que los Bancos Centrales darán al ciclo económico.
Nuestro posicionamiento, por tanto, es relativamente defensivo, con preferencia en la renta fija sobre la renta variable. Los tipos de intervención han tocado techo y los próximos movimientos serán bajistas, aunque quizá no se produzcan con la premura que descuenta el mercado. Es un momento para mantener duraciones relativamente altas y sin duda mayores de las que hemos tenido durante los últimos años.
En renta fija corporativa las rentabilidades totales cotizan en niveles históricamente altos y nuestra idea es aprovechar momentos de ampliación en diferenciales para incrementar exposición. A pesar de que los diferenciales de crédito cotizan en niveles por debajo de sus medias históricas, no podemos olvidar que existen compañías con grado de inversión bien financiadas, con mucha caja o capacidad de generarla que están ofreciendo rentabilidades cercanas al 4% a 5 años, donde además, factores técnicos como unas perspectivas de entradas de flujos positivas por las salidas inminentes de fondos monetarios y el cada vez mayor apetito en mercado primario por los tramos medios y largos, deberían ayudar a controlar los diferenciales. No obstante, el segmento de alto rendimiento lo seguimos viendo caro, por lo que para aquellos inversores dispuestos a asumir mayor riesgo, seguimos recomendando bonos híbridos corporativos de compañías sólidas, con buena calidad de balance y cuyo emisor disfrute del grado de inversión, así como subordinados financieros sobre los bonos de alta rentabilidad que en la actualidad ofrecen un rendimiento inferior y cuentan con mayor riesgo de ampliación de diferenciales.
En cuanto a renta variable, creemos que el mercado está cotizando un escenario demasiado optimista. La subida se ha concentrado en sectores vinculados a la Inteligencia Artificial, que, si bien goza de nuestra confianza sobre su capacidad transformadora, quizá el mercado lo ha puesto en precio de forma prematura y de manera muy concentrada en unas compañías que deberán demostrar su capacidad de generar beneficios en esta temática. Confiamos en su enorme potencial de largo plazo, pero no descartamos correcciones en el corto.
En definitiva, mantenemos cierta cautela en los mercados de acciones, con sesgos a economías donde la subida de sus índices esté acompañada por su fuerte crecimiento en beneficios, como Estados Unidos, zonas geográficas donde el mercado mantiene bajas expectativas y vemos menor riesgo de decepción, como Asia, o sectores defensivos como consumo estable o utilities. Por último, también sobreponderamos las pequeñas compañías, cuya valoración relativa es atractiva y se beneficiarían en un entorno de desaceleración moderada con tipos de interés a la baja.
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