1. Entrevista a la gestora del fondo Schroder ISF Global Energy Transition / 2. Petróleo: más de una sorpresa7 min read
Tiempo de lectura: 5 minutos1. Entrevista a la gestora del fondo Schroder ISF Global Energy Transition
Francisco Julve, nuestro Director de Selección de Fondos, entrevistó a Yashica Reddy, directora de Inversión de Schroders, quien nos habló sobre el fondo “Schroder ISF Global Energy Transition”.
2. Petróleo: más de una sorpresa
Texto: Andrés Allende, gestor del fondo DIP Value Catalyst Equity.
El mundo está siendo más incierto de lo habitual, y continuamos en nuestro empeño de descifrar posibles ramificaciones, riesgos, consecuencias etc.
Estas son algunas de nuestras reflexiones recientes por lo especial de los tiempos que corren.
Un área relevante que nos ocupa es el petróleo, donde se están viviendo situaciones muy atípicas. Como es de sobra conocido, Rusia es un gran productor (aproximadamente 10 millones de barriles por día, o cerca del 10% a nivel global).
Lo interesante es que el precio del crudo actual, el spot, ya ha reaccionado violentamente al alza, a pesar de que aún no hay sanciones sobre el petróleo ruso. Es curioso sin embargo que el rebote de los futuros ha sido menor, cuando éstos sí que debieran incorporar ese riesgo de sanciones. El precio del Brent spot hoy es $117/barril, vs 107/barril en junio, vs $99/barril en septiembre.
Lo anterior es técnicamente extraño, pero puede tener su explicación en “el mundo real”.
Recientemente hemos hablado con compañías que tienen el dedo en el pulso de esta situación – los armadores de petroleros, que son los que transportan el crudo. Estas conversaciones han sido muy interesantes y arrojan algo de luz, y tal vez ayuden a plantear algunos escenarios:
El petróleo ruso aún es legal. De hecho, Shell compró la semana pasada a un gran descuento de entorno -28/barril. Sin embargo, la presión mediática los llevó a anunciar que una acción así no se repetiría, y que donarían el beneficio a un fondo dedicado, con fines humanitarios en Ucrania. Esto indica que lo legal no es aceptable para muchos, y se está produciendo algo nunca visto antes: las autosanaciones por motivos reputacionales. Seguramente el impacto de los criterios ESG explique parte del cambio de actitud.
Descuento Urales vs Brent: pocos quieren petróleo ruso ahora. Pero “casi todo tiene un precio”.
Canadá decidió prohibir la compra de petróleo ruso el 28 febrero, seguido de EE.UU. más recientemente (el 9 marzo). Estos anuncios, son un brindis al sol en gran medida, ya que ninguno de ellos compra prácticamente nada de petróleo a Rusia (Canadá 0, US 74.000 barriles/día… vs el consumo anual de 2 millones de barriles al día en Canadá y 17 millones en EE.UU.).
Por su lado Inglaterra se está pensando lo del petróleo (10% de su consumo), pero no ha dicho nada del gas (16% de sus importaciones serían rusas). Sin embargo, Canadá es un gran exportador de petróleo y Estados Unidos se beneficia de los precios más altos del crudo y del gas.
Europa, por el contrario, no disfruta de la misma situación ya que importa 2,7 millones de barriles diarios de Rusia de un consumo total de 9,5 millones de barriles/día.
Al otro lado del mundo, China (1,6mm bbl/d importados de Rusia, y 11mm bbl/d importados en total) e India (4mm bbl/d importados en total) asisten a los acontecimientos con interés.
El coste del enfoque ESG y de la hipocresía de algunos lo están pagando ya los particulares, las PYMES… además de los rusos. Desafortunadamente este enfoque ni siquiera ayuda por ahora a los ucranianos.
La incertidumbre y la falta de seguridad jurídica por todo lo anterior está causando distorsiones inesperadas. Por ejemplo, muchos (tal vez la mayoría) de los armadores (especialmente los de compañías públicas, pero también los privados) rechazan cargar petróleo ruso. Tal vez todo tenga un precio, y ya hay anécdotas de fletes de más de $100.000 al día por barcos Aframax (en torno a 90.000 toneladas o 750.000 barriles). Pero además del riesgo reputacional, los armadores rechazan el riesgo operativo (si se declaran sanciones sobre el petróleo ruso se quedarían sin cargar y habrían desperdiciado el viaje de ida y también el de vuelta; riesgo a sus marineros; costes de “seguro de guerra” del 2% del valor del barco a la semana; riesgo de no poder descargar; riesgo de cobro/contra parte…y otros muchos que tal vez aún ni se nos ocurran).
Aunque suene contradictorio, el petróleo ruso hacia Europa y sus refinerías continúa fluyendo por la tubería Druzhba (capacidad de 1mm bbl/d)– al fin y al cabo, todo sigue siendo legal, y este petróleo sigue siendo necesario.
Por la falta de compradores (por ahora) y de transporte, el petróleo ruso se acumulará en almacenes… e incluso en barcos rusos, hasta que no haya más remedio que parar los campos petrolíferos. En un caso extremo, la situación podría llevar el petróleo Ural a precios negativos (como ocurrió en Cushing- US con WTI durante la pandemia del Covid en 2020). Y el cierre de campos puede causar daños, en algunos casos irreversibles, que dificultarían el mantenimiento de los volúmenes rusos a medio/largo plazo.
Es posible que todo lo anterior acelere la firma de un acuerdo con Irán, para que puedan contribuir sus barriles al mercado global.
En cualquier caso, el volumen ruso es demasiado elevado como para poder reemplazarlo por otros productores. Y es más que probable que China e India en última instancia compren el petróleo ruso que necesiten (del mismo modo que Corea, Turquía y China han podido seguir comprando petróleo iraní durante las sanciones todos estos años). Ello les beneficiará en términos de coste inicialmente, y con el paso del tiempo los flujos comerciales se reajustarán.
En mi opinión, a medio plazo se producirá un impacto adicional sobre la logística del petróleo y sus productos refinados: el crudo ruso que no compren los europeos, viajará desde el Mar Negro y desde el Báltico hasta Asia (mucho más lejos, y por lo tanto más tiempo de travesía…). A su vez, en Europa se consumirá más petróleo de orígenes más lejanos (Medio Oriente por la similar composición vs los Urales). Mientras tanto, parte de la flota rusa quedará parada y ocupada para almacenaje tal vez. Y EE.UU. es posiblemente el único, junto con Irán y Arabia Saudí, que puede aumentar su producción de manera significativa para reemplazar cualquier pérdida. En todos los casos harán falta más barcos para su transporte, y se elevará el coste logístico.
El trayecto se multiplica: De Rusia a India (más de tres veces la distancia respecto a la de Rusia a Europa o Estados Unidos) => Serían necesarios tres veces más barcos.
Aunque a medio plazo se consiga un encaje razonable de volúmenes en oferta y demanda, devolviendo el precio de crudo a un nivel sensato (pero alto, reflejando la falta de inversión en la industria desde el 2015), el coste logístico probablemente se enquiste a un nivel más elevado.
En nuestro caso, ya teníamos participadas en el sector del transporte de petróleo antes del conflicto, un negocio que seguimos de cerca desde hace unos cuantos años. Por todo lo descrito aquí, y por sus valoraciones, nuestras posiciones en compañías de transporte de petróleo siguen pareciendo más que sólidas, y sus balances más que robustos.
En cualquier caso, continuaremos siguiendo muy de cerca sus operaciones, como siempre.