Hacia un aterrizaje suave3 min read
Tiempo de lectura: 2 minutosTexto: Departamento de Asesoramiento y Análisis de A&G
Cerramos un primer trimestre en el que nos alegra ser portadores de buenas noticias, con subidas generalizadas para las carteras. Rentabilidades abultadas en índices de renta variable, aunque muy concentradas en unas pocas compañías y tipos de interés al alza, con las correspondientes caídas de precio para los activos de renta fija, que ofrecen una nueva oportunidad de compra.
El foco de atención en el trimestre ha pasado de la inflación al crecimiento y la principal consecuencia ha sido un enorme ajuste de las expectativas de tipos, pasando el consenso de esperar 7 bajadas de tipos de interés por parte de la FED a esperar tan solo 2 ó 3.
El año comenzó con subidas bursátiles, aparentemente apoyadas en una economía que desaceleraba, siendo la buena noticia la virulencia de las bajadas de tipos de interés que se acercaban. Apenas dos meses más tarde, el aterrizaje suave no parece llegar y el mercado continúa siendo optimista, ignorando que, en ese nuevo escenario, las bajadas de tipos de interés serán muy inferiores.
Tomando algo de distancia y evitando el ruido de los datos a corto, observamos un ligero deterioro de la economía, aunque sigue siendo lento y poco lineal. Son varias las evidencias en ese sentido, destacando: (i) Fuertes datos de creación de empleo, y también fuertes correcciones a la baja de los datos de meses anteriores (en febrero se crearon 275 mil empleos y se revisaba a la baja en más de 100 mil el dato equivalente de enero), (ii) Impagos de tarjetas de crédito subiendo con fuerza y (iii) Ventas minoristas de enero revisadas a la baja hasta el -1,1% y subiendo un +0,6% en febrero.
Con esas evidencias y algunas adicionales, nos parece prematuro descartar la desaceleración económica. Mantenemos nuestras perspectivas de aterrizaje suave, en contra de una narrativa de mercado que ya habla de “no aterrizaje”. Las bolsas, desde diferentes puntos de vista, vuelven a situarse en terreno de complacencia y a lo largo del presente informe, analizaremos con profundidad diferentes indicadores de sentimiento en muchos casos, en terreno de euforia.
La inflación continúa muy por encima del objetivo de los Bancos Centrales (IPC interanual del +3,2% en EE.UU. y +2,6% en la Eurozona), pero como decíamos, ha dejado de ser un problema, al menos para las bolsas. Con la Reserva Federal y el Banco Central Europeo habiendo manifestado con rotundidad su intención de comenzar el proceso de bajas de tipos antes de que los IPC alcancen niveles del 2%, parece ser suficiente. Venimos argumentando desde hace algún tiempo que el proceso de desinflación se desaceleraría llegados estos niveles. Incluso hemos visto ciertos repuntes de precios recientemente, pero dejando el ruido al margen, lo relevante es que ya nos enfrentamos al nuevo paradigma que llevamos tiempo describiendo (o vuelta a la normalidad olvidada en la última década): inflación estructuralmente más alta, pero sin llegar a ser un problema.
En conclusión, peligrosa complacencia de corto plazo, dentro de un fondo de mercado que estructuralmente continúa siendo favorable para los activos de riesgo: inflación a la baja (aunque más despacio) sin grandes accidentes, implican un entorno positivo, con independencia de la volatilidad que podamos ver de corto plazo.
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