Texto: Departamento de Asesoramiento y Análisis de A&G
El ejercicio 2023 ha resultado tremendamente diferente según el prisma desde el que lo juzguemos, excelente para los mercados financieros, resiliente en términos económicos y muy duro desde el punto de vista geopolítico.
Las bolsas globales, con grandes divergencias sectoriales y geográficas, han avanzado un 20% en 2023, con el índice Nasdaq en EEUU revalorizándose más de un 40% y el Hang Seng de Hong Kong registrando pérdidas superiores al 15% en el mismo periodo. En renta fija, la matemática de los bonos se hizo buena. Después del nefasto 2022, 2023 resultó muy positivo también para las inversiones en renta fija, con el índice agregado Pan Europeo avanzando más de un 7,5% después del retroceso del -19% de 2022.
La economía, soportada fundamentalmente por un consumidor estadounidense que parece inmune al fuerte proceso de subidas de tipos de interés, mostró mayor resiliencia de lo que la mayoría esperábamos. La desaceleración esperada se ha pospuesto y el mundo crecerá algo más de un 3% en 2023, si bien es cierto que las economías avanzadas no alcanzarán el 1,5% de crecimiento de PIB.
Titulamos nuestro informe de estrategia para el primer trimestre de 2024, “Mientras el consumidor no se consuma”. Eso es lo que durará el ciclo actual. Y los ciclos siempre han existido y siempre existirán. Tenemos algunas señales incipientes que señalan hacia una desaceleración en los próximos trimestres, pero no será grave mientras el mercado laboral se mantenga razonablemente fuerte.
La desaceleración económica sí será significativa en 2024. El mundo pasará de crecer ligeramente por encima del 3% en 2023, a no alcanzar el 2,5%. Las economías desarrolladas se estancarán en tasas de crecimiento cercanas al 0,5%, sin crecimiento alguno en Europa.
En términos geopolíticos, el año fue muy duro. A la prolongación de la guerra en Ucrania, se sumó el inicio del conflicto en la franja de Gaza, todo ello con un incremento de la tensión entre China y EEUU que está dando paso a un incremento de las restricciones comerciales y una reordenación de la globalización.
La fuerte caída de la inflación, que comenzó el año en el +6,5% y lo termina, con el dato de noviembre, en el 3,1% en EEUU ha marcado la pauta de los mercados, se han movido al son de las expectativas de bajadas de tipos de interés.
En ese sentido, si bien somos constructivos en el largo plazo, pensamos que tras las fuertes subidas de los meses de noviembre y diciembre, las bolsas están excesivamente complacientes. Nos están dando un mensaje contradictorio al que nos dan los bonos y ese, junto con unas expectativas muy altas para los beneficios, nos llevan a una posición de ligera cautela. Las subidas bursátiles se han apoyado en una caída de los tipos de interés, que sería sin duda positiva para las bolsas, pero, por un lado, podría no ser tan rápida y tan intensa como se espera y por otro, no debemos olvidar la razón por la que caerían, que no es sólo inflación más cerca del objetivo, sino menor crecimiento.
Comenzamos por tanto el año 2024 optimistas en renta fija y con gran visibilidad en el activo. No esperamos recortes de los tipos de interés tan fuertes como los que espera el mercado y a pesar de ello, encontramos oportunidades de inversión que estamos convencidos, serán la base de la rentabilidad de las carteras en los próximos años.
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